Cada vez que veo desorden, veo dinero perdido. Por un lado, el propio desorden consiste generalmente de elementos no utilizados que tienen valor. Libros, decoraciones, juegos, DVDs, etc – todos ellos cuestan dinero para comprar y muchos de ellos tienen al menos algún grado de valor de reventa. Por otra parte, y más importante, el desorden ocupa el tiempo y el tiempo es dinero. Tardas más en encontrar las cosas. Toma más tiempo limpiar. Toma más tiempo volver a organizar las cosas. y como consecuencia, organizarte a tí mismo.
Yo diría que el desorden es un enemigo. Las cosas que ocupan espacio y particularmente las cosas con poca atracción estética son cosas que fácilmente pueden ser eliminadas.
Pero no es fácil, aunque acabo de mudarme, hay lugares en nuestra casa que son bastante desordenados aún, así que a veces me siento para decidir qué cosas guardar y qué cosas tirar.
Existen unas reglas fundamentales para lograr separarte de tus cosas (o mejor, decidir qué cosas tirar). Hoy quisiera compartir cuatro de esas reglas contigo:
- Si – “eso”, la creencia, la convicción, la memoria, el trabajo, incluso la persona – te pesa, te “estorba”, o simplemente te hace sentir mal contigo mismo, tíralo a la basura, regálalo, véndelo, déjalo ir y sigue adelante.
- Si “eso” se queda ahí, ocupa espacio y contribuye nada positivo a tu vida, tíralo a la basura, regalala, véndelo, déjalo ir y sigue adelante. Si no te estás moviendo hacia adelante, te mueves hacia atrás. Sacar lo que es negativo te ayuda a redescubrir lo que es positivo.
- No hagas que la decisión de tirar o guardar sea algo difícil. Si tienes que pensar demasiado sobre los pros y lo contras sobre si deshacerte de una cosas, tíralo o véndelo.
- No tengas miedo. Esta es tu vida de que estamos hablando y es la única que tienes. No tienes el tiempo, energía o espacio para los residuos físicos o psíquicos.
