Muchas veces procrastinamos porque hay una cosa escondida que nos detiene. En la mayoría de los casos de procrastinación es esa sola cosa escondida que nos impide realizar nuestro trabajo. Si puedes eliminar ese obstáculo diría que tus posibilidades de decir adiós a la procrastinación para siempre aumentan drásticamente. Para eliminar el obstáculo tienes que adquirir un nuevo hábito vital. Un hábito que llamaremos “volver a lo neutral”.
En este artículo te explicaré un poco más sobre esta idea
Quitar fricción
Muchas veces procrastinamos porque nos vemos obligados a realizar un montón de otras cosas antes que podemos hacer la cosa que realmente queremos hacer. Un ejemplo clásico es preparar la cena. Para cocinar necesitas tus platos, cubiertos, ollas y sartenes et c. ¿Pero, que pasa si aún están en el fregadero después que los utilizaste la última vez? Significa que antes de poder ponerte a cocinar, primero tendrás que lavar los platos.
Así que, antes de hacer tu actividad principal (cocinar un plato rico), tendrás que hacer un montón de otras cosas. Es fácil ver como esa fricción ( el lavar los platos), puede hacer que evites preparar la comida y quizás salgas a comprarte una pizza.
Cuando haces que las cosas sean complicadas para arrancar, es cuando es lo más probable que empieces a procrastinar. Imagínate que fuiste a una reunión. Una vez de vuelta necesitarás arrancar de nuevo. ¿Cuáles son las posibilidades de que arrancarás con buen pie si tu mesa de trabajo tiene esta pinta?
Vale vale, sé que no dejas tu mesa en ese estado. Pero si ahora necesitas trabajar con el ordenador. ¿Crees que serías fácilmente distraído cuando tu escritorio tiene esta pinta?
Lamentablemente, estos pequeños puntos de partida llenos de fricción son muy frecuentes. Si te encuentras con uno tras otro será muy fácil que te desmotives para realizar tu trabajo. Tienes que hacer un montón de otras cosas antes que empieces realmente. O realizas tu trabajo pero eres distraído muy fácilmente. Es un problema real pero hay una solución para estas situaciones.
Pero, primero, déjame darte un pequeña analogía. Cuándo tenía 15 años trabajé en un McDonald’s y cada noche tuvimos que limpiar las parillas. El proceso de limpiar la parrilla era muy importante. Garantizaba que la parrilla duraba más, que la comida tendría mejor sabor y evitaba que las bacterias crezcan. Antes del cierre del restaurante teníamos que limpiar. De esta manera todo era impecable cuando se abría el restaurante la mañana siguiente.
Esto es lo que llamo “Volver a lo neutral”. Significa que cada vez que termines una actividad, debes realizar una pequeña rutina en la que estableces y devuelves las cosas a su sitio para que la próxima vez que inicies no haya fricción. En otras palabras, configuras tu entorno para la próxima vez – dejas las cosas en un estado neutral.
De esta manera te preparas para el éxito y te impides a ti mismo procrastinar en el futuro. Haces que sea fácil para tu “yo futuro” empezar.
El hábito vital de “volver a lo neural” se puede aplicar en diferentes áreas de tu vida:
- Limpia tu escritorio – cada vez que termines una tarea o acabas el día, limpia tu escritorio.
- Cierra todos los programas – cuando termines tu trabajo en el ordenador, cierra todas las ventanas de modo que sólo se vea el escritorio.
- Duerme lo suficiente – Prepara tu cuerpo para que pueda trabajar bien el día siguiente.
Aún mejor, puedes aplicar la idea de “volver a lo neutral” a hábitos que ya tienes para mejorarlos:
- Haz un listado de tus hábitos
- Mira si es posible agregar una acción para volver a lo neutral al final de tu hábito.